Valores y Misión
Ante el papel tradicional de la escuela como homogeneizador y reforzador del sistema imperante, la sociedad salvadoreña debe afrontar la construcción de nuevas estructuras sociales basadas en la justicia, la equidad y la solidaridad; y confrontar a la educación con los estereotipos y patrones ideológicos vigentes, que se caracterizan por transmitir valores absolutos como el individualismo o la competencia.

Dos pilares fundamentales en los que debe basarse la educación: el trabajo en equipo implica una política integradora con los alumnos con necesidades educativas especiales, considerando la creciente diversidad como una oportunidad para desarrollar de manera bidireccional nuevas capacidades en los alumnos. Desde la perspectiva de los alumnos con necesidades especiales, favorece la igualdad de oportunidades y la disminución de la segregación. En cuanto a los alumnos regulares, se fomenta la autonomía -puesto que el trabajo en equipo con alumnos de diferente perfil implica una responsabilidad con respecto a ellos- y la solidaridad.
Política Integradora
Autonomía

Vocación
Transformadora
Nuestra misión es fomentar en la educación –tanto formal como no formal- una vocación transformadora, en la que los ciudadanos, en palabras de Paulo Freire, “sean tratados como sujetos de la sociedad y no como objetos pasivos”, creando nuevos espacios y relaciones desde una perspectiva de la comunidad, con la reproducción de las estructuras democráticas del Estado a la educación, mediante una jerarquía horizontal tanto en el organigrama de los centros educativos como en las propias aulas, con una educación individualizada.

Capacitación
Permanente
¿Están capacitados los profesionales de la educación para llevar a cabo esta misión? Desgraciadamente, las prácticas educativas que todavía predominan en las aulas ubican al profesor en el centro de la enseñanza y permanece un predominio de las actividades repetitivas y memorísticas. Se han llevado a cabo Reformas educativas pero reducidas a un marco normativo, sin capacitar a los profesores suficientemente. Por lo tanto, nosotros apostamos por una capacitación permanente del profesorado como facilitador del aprendizaje, es decir, como guía del alumnado en el proceso de buscar información y convertirla en conocimiento desde un punto de vista crítico; actualizando su noción de liderazgo, y disponiendo de recursos altamente orientados a la interacción y el intercambio de ideas, con la finalidad de promover el trabajo colaborativo.

Es claro el consenso sobre la situación límite que está provocando el modelo global de desarrollo basado en la producción desmedida para lograr el crecimiento sin límites, todo ello a costa del consumo desenfrenado de recursos. El soporte de este modelo lo aseguran los comportamientos consumistas de cada individuo, alentados por el propio sistema. La educación ambiental debe promover el reconocimiento de las consecuencias de esta actitud y admitir que nos afectan, dando a conocer los mecanismos de este modelo globalizado, valorando nuestro papel como importante y sintiendo la necesidad de tomar parte en la solución.